En el mercado tenemos a nuestra disposición una gran variedad de calderas para cubrir tanto nuestras necesidades de climatización como de agua caliente, lo que se denomina como agua caliente sanitaria (ACS).
Para poder elegir la caldera más adecuada para nuestro hogar debemos tener en cuenta varios factores. Los principales aspectos que debemos considerar son las características de nuestra vivienda y el uso que le vayamos a dar a la caldera (sólo climatización, sólo ACS o ambas funciones).
El primer punto para elegir el tipo de caldera es conocer el uso que se le dará a la caldera o calentador.
- Para climatización por radiadores o suelo radiante.
- Como calentador para abastecer la vivienda de agua caliente.
- Uso mixto: calefacción y agua caliente.
Cuando sólo se usan para agua caliente y utilizan como combustible gas natural, propano o butano, o bien son eléctricos se suelen denominar simplemente calentadores o más comúnmente, termos.
Una vez establecido esto veamos las opciones según las características de nuestra vivienda.
- Determinar la potencia que necesitamos, y esto a su vez dependerá de:
- Las dimensiones y distribución de la vivienda.
La potencia de la caldera dependerá del uso que le vayamos a dar y de la superficie a climatizar. No será lo mismo una caldera para una vivienda pequeña de una planta que la caldera que instalemos en una casa unifamiliar de dos plantas.
- Número y distribución de baños y radiadores.
Si se trata de una nueva instalación es importante realizar un correcto diseño de esta para maximizar el rendimiento tanto en calefacción como en el abastecimiento de agua. Tendremos que valorar el número de radiadores que se van a colocar así como la potencia si vamos a poner una instalación de calefacción por suelo radiante. Si la instalación ya está hecha deberemos realizar un estudio previo de esta para elegir la caldera más adecuada.
- Las características energéticas de la vivienda.
Si contamos con una vivienda con un buen aislamiento energético (ventanas, puertas, paredes, etc.) el rendimiento de nuestra caldera será mucho más eficiente.
- La localización geográfica y orientación de la vivienda.
Este aspecto es importante considerarlo especialmente para evaluar la potencia necesaria de calefacción.
- El tipo de combustible o fuente energética de la caldera.
Aquí podremos optar por una amplia variedad de combustibles, desde gasoil, gas (gas natural, butano o propano), hasta calderas de biomasa (pellets). La utilización de uno u otro dependerá de si contamos con ese suministro general (ej. gas natural) o de la posibilidad de tanques de almacenamiento para combustible (ej. gasoil o propano en casas de campo o viviendas unifamiliares). Por otro lado también contamos con la opción de calderas eléctricas, que en principio son más aconsejables para viviendas de menor tamaño por el mayor gasto energético que suponen. Por último, os recordamos que también tenemos la opción de instalar placas solares si la vivienda lo permite para su uso en calefacción y agua caliente.
- El número de personas que componen la familia.
Este aspecto es importante considerarlo especialmente con el ACS, para asegurar que nadie se queda sin agua caliente en mitad de una ducha. En este punto también debemos valorar si necesitamos un acumulador de agua caliente o calderas instantáneas.
Como hemos visto la elección de la caldera más adecuada para nuestra vivienda depende de bastantes factores. Una vez que tenemos claro los puntos que debemos valorar lo más recomendable es dejarnos aconsejar por expertos en climatización y calefacción sobre los aspectos más técnicos de la caldera (potencia (kWh), capacidad, diseño de la instalación, distribución, etc.).
Deja una respuesta