La situación geográfica de Andalucía y, en general, de gran parte de España nos permite fácilmente hacer uso de la energía solar; una fuente de energía renovable que podemos aprovechar de distintas formas.
Pero para poder sacar beneficio de la radicación solar debemos convertirla en otras formas de energía utilizables en nuestros hogares. Y esto es lo que se hace con la energía solar térmica y la energía solar fotovoltaica.
¿Son lo mismo la energía solar térmica que la energía solar fotovoltaica?
No, no son lo mismo. Son dos formas de aprovechamiento de la energía solar con finalidades distintas.
Con la primera, la energía solar térmica también llamada termosolar, obtenemos calor que será utilizado para agua caliente sanitaria y calefacción (radiadores, suelo radiante, etc.). También es muy utilizada como sistema de calentamiento o mantenimiento de la temperatura del agua en piscinas climatizadas.
Con la segunda, la energía solar fotovoltaica, obtenemos energía eléctrica que podremos utilizar en cualquier aparato eléctrico o para iluminación a través de los enchufes de una instalación eléctrica igual a la que usaríamos sin tener energía solar fotovoltaica.
¿Se necesitan instalaciones distintas para la energía solar térmica y la solar fotovoltaica?
Sí, ya que se trata de dos tecnologías completamente distintas. Una de las principales diferencias radica en el tipo de paneles solares que se utilizan en cada una así como en los acumuladores de la energía generada (depósito de agua para la energía solar térmica o equipo de baterías para la fotovoltaica).
Un panel solar térmico consta del captador de energía (calor) y de un circuito de tuberías por los que circula el fluido que se calentará y luego se intercambiará con el agua del depósito o acumulador. También existen otras tecnologías como los paneles solares térmicos con tubos de vacío.
Por otra parte, dentro de las placas solares fotovoltaicas podemos encontrar distintos tipos de paneles según su tecnología y/o estructura. Están principalmente fabricados en silicio y dentro de los principales tipos encontramos los paneles solares monocristalinos (los más eficientes), los policristalinos y los paneles de silicio amorfo (también denominados como de capa fina) así como paneles solares fotovoltaicos no compuestos por silicio. En todos los casos la energía solar (fotones) se transforma en energía eléctrica al interaccionar con la red de silicio (u otros semiconductores).
¿Existen paneles solares que sean a la vez termosolares y fotovoltaícos?
Sí, aunque aún no son muy populares, existen los paneles solares híbridos que incorporan ambos sistemas de generación de agua caliente y electricidad.
Cada día contamos con mejor tecnología y medios técnicos para sacar el máximo rendimiento al gran número de horas de irradiación con el que contamos en nuestro país, tanto en verano como en invierno. La luz solar es una fuente de energía renovable e inagotable que podemos aprovechar de distintas formas. La termosolar nos permite aprovechar el calor generado para agua caliente sanitaria o calefacción; mientras que mediante la fotovoltaica convertimos la radiación solar en electricidad a través de reacciones de los fotones de luz con semiconductores (silicio).
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