Seguro que este verano has escuchado, o incluso dicho, en alguna ocasión: que el aire acondicionado produce consecuencias similares a las de una alergia, con estornudos, congestión o picores en la nariz o vías respiratorias. Pero aún más allá de esos síntomas hay quien se queja de piel reseca si se permanece en una habitación climatizada. Son reacciones que se contraponen con lo que realmente buscamos de estos sistemas de refrigeración, que es el bienestar o el relax, evitar la sudoración excesiva o una permanente sensación de frescura.
Desarrollar sensibilidad a estos equipos de climatización parece que está cada vez más extendido. Para conocer porqué se produce sepamos que los aparatos de aire acondicionado se basan en hacer circular y filtrar el aire de una habitación bajo las premisas de una temperatura controlada al gusto de cada hogar. Ese filtraje al que nos referimos hace posible que diferentes agentes alergénicos puedan colarse a los espacios u oficinas. Que el sistema esté limpio en su interior es clave para evitar que puedan darse enfermedades respiratorias asegurándose de que a su alrededor no proliferen ácaros o polen y acaben afectando al usuario. Si te suenan los síntomas que hemos comentado, es posible que la alergia al aire acondicionado ya esté en tu hogar u oficina.
Para evitarlo, los aparatos se proveen de diversos tipos de filtros de alta densidad que son capaces de retener partículas diminutas de polvo, polen, caspa y pelo de animales. También pueden ser de carbón activo para absorción de olores, fotocatalíticos para purificar el aire y desodorizarlo, electrostáticos, capaces de atrapar micropartículas en suspensión, o los muy avanzados filtros de plasma, dotados de una malla electrónica en la cual se captura y elimina cualquier sustancia contaminante.
Los equipos de última generación incluyen además otras soluciones para estos problemas, como una función de humectación, que permite humidifican el aire y propiciar una atmósfera más saludable, reduciendo efectos como la sequedad de garganta. También encontramos nuevos elementos como el ionizador o sistema electrónico emisor de iones negativos, que se ocuparán de equilibran el exceso de iones positivos de los aparatos eléctricos. El sistema hace que los iones liberados queden adheridos a las partículas en suspensión y que al aumentar de peso caigan al suelo, limpiando y refrescando el ambiente.
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