Cada día contamos con mayor número de aparatos eléctricos en nuestros hogares y su uso supone un gasto importante en energía eléctrica. En incremento de consumo lo vemos claramente reflejado en la factura de la luz en las épocas en las que utilizamos más uso del aire acondicionado en verano; así como cuando en otoño e invierno encendemos la calefacción eléctrica o utilizamos la bomba de calor de nuestro aparato de aire acondicionado.
Siendo conscientes de que el aire acondicionado es imprescindible en nuestros hogares, si vamos a adquirir un nuevo aparato de aire acondicionado es fundamental conocer tanto el nivel de consumo como la eficiencia energética de nuestro sistema de aire acondicionado. Esto podemos conocerlo a través de la información contenida en la etiqueta energética del aparato, tanto en las máquinas de los sistemas centrales de aire acondicionado para toda la vivienda, como de los splits o consolas que vayamos a colocar en estancias concretas.
A la hora de elegir un aparato de aire acondicionado debemos buscar aquel que sea lo más eficiente posible, es decir, obtener el máximo rendimiento con un menor consumo lo que permitirá reducir nuestro gasto en energía además de cuidar por el medioambiente.
La etiqueta energética: información clave del rendimiento y eficiencia del aire acondicionado
La actual normativa europea obliga a que todos los aires acondicionados que se comercializan vengan acompañados de su correspondiente etiqueta energética. Y, ¿qué información nos da esta etiqueta energética y cómo la interpreto? Cada vez se intenta que sea más clara y fácilmente interpretable por los usuarios. Aquí os explicamos lo que deben contener las etiquetas energéticas y qué significa cada cosa.
- Lo primero que encontramos es el nombre del fabricante y el modelo concreto. A continuación encontramos dos columnas, a la izquierda en azul que hace referencia al Factor de Eficiencia Energética Estacional (SEER). Este factor nos informa de la eficiencia en refrigeración. Está indicada en barras de color donde la máxima eficiencia es A+++ (SEER mayor o igual a 8,5), seguida de A++, A+, A-D (según los aparatos se puede incluir hasta la letra G, aunque muy difícilmente encontremos en el mercado actual un equipo con tan baja eficiencia).
- A continuación nos indican la potencia del aparato en kW y el consumo medio anual en kWh, que por supuesto dependerá del uso y condiciones ambientales de trabajo del equipo.
- Por otro lado tenemos en la columna o recuadro de la izquierda está la información sobre el Coeficiente de Rendimiento Estacional (SCOP), que nos informa de la eficiencia en calefacción con los mismos códigos de letras que el SEER. El más eficiente es A+++ con un SCOP igual o superior a 5,10. Como las condiciones ambientales externas pueden ser muy variables entre distintos países y teniendo en cuenta de que es una etiqueta unificada para toda Europa, esta información se ha subdivido según las zonas geográficas. Por tanto para conocer la eficiencia de nuestro equipo en invierno debemos primero identificar el código de color correspondiente a la región donde vivimos en el mapa de Europa que se incluye en la propia etiqueta y mirar la eficiencia en calefacción que corresponda. Podemos ver que un mismo aparato puede tener una eficiencia (SCOP) de A+++ en Córdoba y sólo de A+ en Teruel. Por debajo de la clasificación según el SCOP encontramos los datos de potencia de calefacción en kW, el SCOP y el consumo medio anual en kWh.
Por último, la nueva etiqueta energética también recoge la potencia sonora del aparato en dB, tanto en el interior de la vivienda como en de la máquina exterior. Conocer esta información del nivel de ruido es fundamental desde un punto de vista de nivel de confort del aire acondicionado.
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