La temporada de invierno trae consigo la necesidad de calentar las viviendas para mitigar el frío. En esta época los recibos energéticos suben influidos con claridad por el gasto derivado de las calefacciones en toda su amplia variedad de opciones, o la mayor necesidad de contar con agua caliente. Para reducir esa factura y conseguir un ahorro mensual es necesario tener en cuenta una serie de consejos que podrán venirte bien.
En los pequeños detalles están los grandes ahorros. Podemos comenzar por cambiar el baño por la ducha, y ponerle tiempo a través de algún método casero (lo que dura una canción pop, por ejemplo) al rato que estamos bajo la alcachofa. Puedes ganar tiempo y reduces el consumo de agua y energía en una cuarta parte. Si el baño es imprescindible vigila el nivel del agua y no sobrepases el estrictamente necesario. Para que el líquido esté a la temperatura adecuada, en vez de hacerlo a ojo usa un termostato.
Respecto a la calefacción, si ésta es de radiadores es conveniente extraer el aire de los mismos al menos una vez al año. Las burbujas de aire que acumulan en verano pueden obstruir el paso del calor y funcionar solo a medio gas, aunque gasten lo mismo. Intenta mantener en casa una temperatura constante. Recuerda que la temperatura ideal para calentar tu hogar es de 19º a 21ºC. Sólo un aumento de 1ºC, eleva un 7% el gasto de energía. No se trata de recrear en enero las condiciones de agosto, sino que es un complemento para otras medidas caseras como ir cómodamente abrigado. Cada grado que nos pasemos puede suponer más de 30 euros al año.
No dejes la calefacción encendida, es mejor programarla para un tiempo antes de que llegues a casa. Que tu hogar esté caliente para nadie supone un gasto innecesario y absurdo. Céntrate en calentar las habitaciones que vayas a usar, no la casa completa. Cuando vayas a ventilar la casa hazlo en los momentos más cálidos del día, no más de diez minutos, así no se extra enfriará. Deja los radiadores bien descubiertos, sin muebles delante o ropa húmeda encima. Llegada la noche apaga la calefacción a una hora prudente.
Para ayudar a esas medidas debes implementar otras como revisar el estado del aislamiento del hogar, evitando que el calor se disipe por ventanas o puertas. También es conveniente llevar a cabo un correcto mantenimiento de la caldera y plantearse su cambio por un modelo eficientemente energético que puede suponer un importante ahorro anual y una rápida amortización de la inversión.
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